
Por Sara Macarro – 16/02/2021
José Alberto es Doctor en Pedagogía por la Universidad de Sevilla, profesor de la Universidad Pablo de Olavide en el Departamento de Educación y Psicología Social, donde, como nos cuenta, imparte docencia en Educación Social y Trabajo Social desde el año 2015. También es profesor en la Universidad Isabel I, en los Grados de Magisterio de Educación Infantil y Primaria. Su actividad docente universitaria la compagina con la dirección de Verso Centro de Estudios, una empresa de ámbito educativo y social que fundó en 2016.
En su labor de investigación destacan la Pedagogía Social, la Inteligencia y Educación Emocional, la Coeducación e Igualdad de Género, las Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación y la atención educativa a la Diversidad. Dada su carrera profesional hemos querido hablar con este profesor universitario sobre inteligencia emocional.
¿Qué es la inteligencia emocional y por qué es fundamental para las personas?
“En líneas generales, y de acuerdo con autores relevantes en la temática como Goleman, Gardner o Bisquerra, la inteligencia emocional está compuesta por el autoconocimiento emocional, la autorregulación de las emociones, el reconocimiento de emociones ajenas, la automotivación y las habilidades sociales para establecer relaciones interpersonales. Por ello, es algo fundamental para el desarrollo integral de las personas, ya que las capacita para aumentar su bienestar personal y social”.
¿Cuál es el papel de la inteligencia emocional en las relaciones interpersonales?
“El conocimiento y la gestión de las emociones por parte de las personas es esencial para establecer relaciones interpersonales sanas y productivas, a nivel individual y social”.
¿Cómo se educa esa inteligencia emocional especialmente en niñas, niños y adolescentes?
“La atención a las emociones debe ser una cuestión atendida desde contextos educativos y familiares de manera continua, desde la infancia hasta la vejez. Aunque, quizá, es en la adolescencia cuando se acentúa la relevancia de tener en cuenta el plano emocional, dadas las características que definen esta etapa concreta. El cómo se educa creo que se basa en una premisa básica: ofreciéndole a la persona una educación que tenga presente sus emociones y le ayude a gestionarlas, contando con su participación activa y haciéndole protagonista de sus procesos de cambio y desarrollo”.
“…una educación que no tenga en cuenta las emociones no tiene sentido”
¿Es la inteligencia emocional una herramienta para el educador?
«Bajo mi punto de vista, una educación que no tenga en cuenta las emociones no tiene sentido. Como educadores y educadoras trabajamos con personas, y las emociones es algo inherente al ser humano, algo que no podemos excluir de los procesos de enseñanza-aprendizaje”.
¿Considera que en el actual sistema educativo se le da la suficiente importancia a la educación de la inteligencia emocional?
“La institución educativa tradicional se ha preocupado por transmitir los conocimientos teóricos, dejando al margen las posibles necesidades emocionales que puede presentar el alumnado. Esta situación está cambiando y, cada vez más, se atiende a las necesidades socioemocionales desde instancias educativas”.
¿Cuáles son las consecuencias de una mala gestión de las emociones en NNA?
«Las emociones son respuestas necesarias para adaptarnos a nuestro medio y que nos ayudan a sobrevivir en él. Por lo tanto, parece claro que un desconocimiento o una mala gestión de las emociones tendrá consecuencias muy negativas para cualquier persona y para las relaciones sociales que establezca».
“…creo que es muy importante analizar los rasgos emocionales de los estudiantes”
¿Qué herramientas o fórmulas tiene el educador para que las niñas, niños y adolescentes consigan gestionar adecuadamente las emociones?
“No existen fórmulas mágicas generalizables, pero creo que es muy importante analizar los rasgos emocionales de los estudiantes y perseguir el desarrollo de una actuación que impulse el conocimiento y la gestión de las emociones propias y de los demás, en beneficio de un desarrollo educativo, personal y comunitario”.
La educación emocional, ¿debe darse tanto en los centros educativos como en casa?
“Por supuesto, toda educación debe ser entendida desde lo social, y en continua relación con el “otro”. Por eso debe ser atendida de forma sistémica, implicando a todos y cada uno de los agentes involucrados en los diversos escenarios o contextos de una forma interrelacionada”.
Por último, ¿puede la educación favorecer la cohesión social? Si puede hacerlo ¿de qué maneras?
“Una educación de calidad, que atienda a la diversidad social en todos sus aspectos siempre será favorecedora de cohesión social y de desarrollo comunitario”.
José Alberto Gallardo-López
Profesor de la Universidad Pablo de Olavide
Profesor de la Universidad Isabel I
Director de Verso Centro de Estudios: https://versocentrodeestudios.es/
Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=hGw6w6YAAAAJ
Miembro de la Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social (SIPS): http://sips-es.blogspot.com.es/
Miembro de la Asociación de Psicología Educativa y Evolutiva de la Infancia, Adolescencia, Mayores y Discapacidad (INFAD): http://www.infad.eu/es/asociacion-infad-de-psicologia/